Comunidad Paula Guanquinchay

Relato de experiencia de las practicas filosóficas no formales con la comunidad Paula Guaquinchay de Asunción

El presente relato está enmarcado en los proyectos de Extensión Universitaria Mauricio López, Prácticas Filosóficas en contextos no Formales, en la comunidad Huarpe Paula Guaquinchay de Asunción.
Quienes hemos recorrido esta experiencia somos un grupo de cinco personas, todas con grandes inquietudes por dicha comunidad, por el compartir y cruzar saberes cotidianos, un verdadero encuentro cultural. Desde el principio nos vimos rodeados de muchas expectativas que a lo largo de los encuentros que teníamos con los jóvenes de aquel lugar se iban concretizando y especificando por el proceso de comunicación que se desarrollaba en su transcurso.
En lo que sigue daremos una breve descripción de lo que han sido los encuentros y las inquietudes que han emergido de estos. 
En el primer encuentro manejábamos una serie de curiosidades respecto del lugar sobre todo, ya que no lo conocíamos y nuestro contacto en Mendoza fue casi ausente, por lo que debíamos recorrerlo solo. Los objetivos fueron justamente conocer el lugar, la gente y realizar una convocatoria de jóvenes para llevar a cabo el desafío que teníamos entre nuestras manos. 
Al llegar nuestra primera sensación fue la de estar inmersos en un gran desierto que nos hizo pensar en las desafortunadas condiciones históricas que contextualizaban a ese pueblo. Comenzamos a recorrer los lugares aledaños a la plaza y a convocar a jóvenes, pero curiosamente quienes nos siguieron, en su mayoría, eran niños y dos chicas que luego se convirtieron en nuestro contacto directo para la organización y convocatoria de los siguientes encuentros. Nos presentamos, presentamos el proyecto y recogimos inquietudes de los que ahí estaban acompañándonos, además, pudimos establecer un lugar físico para continuar.
En el segundo encuentro la emoción de lo logrado anteriormente era tal que nos dispusimos a preparar juegos para poder “romper el hielo”, la convocatoria estaba en manos de quien era nuestro contacto allá. Esta experiencia fue muy fructífera, ya que se acercaron muchos jóvenes de la comunidad y a través de las actividades lúdicas pudimos establecer un contacto más directo con ellos y ellas y así conocer distintas facetas de sus personalidades.
El tercer encuentro fue muy significativo, ya que nos habíamos preparado para trabajar con jóvenes y tuvimos también la presencia de muchos niños y niñas pequeños con quienes utilizamos las metodologías de la filosofía con niños y niñas a través del trabajo plástico-visual. En este encuentro perseguimos la intención de conocer los deseos, expectativas o metas para la vida de todos y todas, con el objetivo de recuperar disparadores temáticos para el trabajo de indagación y reflexión de los mismos. Una vez finalizado el encuentro y en la espera del colectivo, como resultado de las actividades del segundo y tercer encuentro, surgió el diálogo concreto con una persona de la comunidad. En éste surgieron temáticas relacionadas con la identidad, la pertenencia a la comunidad, la importancia de  vivir en comunidad en relación con las dificultades que para estas categorías significa  insertarse en la vida universitaria.
Al enfrentarnos con la preparación del cuarto encuentro caímos en la cuenta de que, dadas las condiciones de tiempo y dinero que el proyecto ofrece, los dos siguientes (4º y 5º) posiblemente serían los últimos que pudiéramos realizar, entonces surgió la necesidad de rescatar los resultados hasta acá obtenidos, con la intencionalidad de desprender lo que verdaderamente es una comunidad de diálogo, con el objetivo de ahondar las categorías emergentes que habían surgido en el encuentro anterior. 
Planificamos una actividad disparadora en términos de las categorías de identidad y pertenencia.
Otra actividad que secuenciamos fue un taller de arte, ya que se habían mostrado interesadas en aprender a hacer artesanías, con la intención de darle un nuevo emprendimiento a la fiesta de Asunción. Llegamos al lugar y nos encontramos en la situación de tener que realizar la convocatoria nuevamente dado que no se había acercado nadie.  Solamente se acercaron dos integrantes y por no contar con el tiempo necesario decidimos hacer el taller de arte porque lo más cercano en el tiempo era la Fiesta de Asunción. A pesar de no poder realizar la planificación logramos compartir un espacio y momento que denostó una cierta inserción en la comunidad. La revisión de lo trabajado hasta el momento nos puso en la necesidad de recalibrar las expectativas en las estrategias implementadas y los objetivos del proyecto.
En resumen El primer contacto de trabajo con la comunidad fue con uno de sus representantes. Con el pudimos conocer las inquietudes generales de esta, pudimos enterarnos de su grado de organización. Luego, en el lugar, tuvimos la posibilidad de  observar las distintas prácticas comunitarias que circulan, como el banco solidario, encuentro de mujeres de las comunidades, encuentro de jóvenes.
Supimos que las principales preocupaciones fueron las del presente y futuro de los jóvenes de la comunidad, ya que hay un alto grado de deserción y de abandono escolar en el nivel secundario, quedando como única opción la de trabajar en la temporada de cosecha en negro. Unos de los planteos principales es el de tratar de reconocerse en su lugar y capacitarse en distintas áreas, para poder trabajar de manera sustentable en su comunidad sin necesidad de desarraigarse.
En el caso de que puedan terminar la secundaria, otros de los conflictos es el desarraigo que sienten en el traspaso de la secundaria a la universidad. Ya que deben dejar Lavalle y acomodarse en un ambiente totalmente extraño.
Uno de los problemas que tuvimos fue el hecho de captar la atención de los jóvenes de la comunidad frente a los encuentros. Ya desde el primer encuentro luego de invitar casa por casa a los jóvenes del lugar a una reunión a las 16 hs en la plaza central, varios acordaron su presencia, pero a la hora del encuentro no se acercaron. Afortunadamente aparecieron dos chicas que pertenecían al grupo de teatro, ellas son quienes se han comprometido en ser nuestro contacto de organización, difusión y convocatoria.
La narración de nuestras experiencias nos sirven para repensar y moldear desde ella la categoría de  extranjero porque creemos que nuestra experiencia en la Asunción nos reúne, tanto a nosotros en calidad extensionistas como a los miembros de la comunidad, como extranjeros en el encuentro. También  nos valemos de ella para reflexionar nuestra praxis. Como lo expresa Walter Kohan el extranjero, de manera general, es alguien que está instalado fuera de «nuestro» universo de normalidad, (…) la forma principal se construye desde la ausencia, la negación, la impotencia o la imposibilidad: el extranjero no habla nuestra lengua, no puede comunicarse, es incapaz de entender nuestras costumbres, no conoce nuestra historia. Así la extranjeridad sería en cada uno de nosotros una posibilidad que se abre paso en este encuentro de saberes.
Otra categoría de la que nos valemos para pensar nuestra experiencia es la de hospitalidad según la cual dice Kohan nos lleva a pensar en la paradoja de la relación con el otro, en las redes imposibles de desconflictuar entre identidad y alteridad. De este modo entendemos que, dadas las circunstancias históricas que rodean el lugar y la conciencia de estas presente en la gente que lo habita, las relaciones intersubjetivas no son una tarea fácil de llevar a cabo, a pesar de esto y teniendo en cuenta todas las dificultades presentadas a la hora de recibir respuesta a las convocatorias sumado a la distancia temporal existente entre cada visita a la comunidad rescatamos un aspecto muy positivo de estos encuentros, este es la hospitalidad con la que nos han recibido en cada oportunidad y el gran esfuerzo que quienes nos acompañaron día a día han demostrado. Hemos antes dicho que este fue un gran desafío para nosotros, y así ha sido ya que el contacto con la comunidad no nos sirvió como vínculo con la gente y tuvimos que empezar de cero en la convocatoria. La distancia fue un gran condicionante, ya que nos llevó mucho tiempo de viaje, y complicó la diagramación de las actividades. La posibilidad de movilidad, debido a que la frecuencia de colectivos era muy reducida limitaba nuestros horarios de trabajo, ya que llegábamos al mediodía en el almuerzo, y sólo un el segundo encuentro pudimos asegurar un almuerzo para todos. Si tenemos en cuenta todas estas circunstancias podemos decir y afirmar lo bien que nos ha ido en la comunidad, en muy poco tiempo hemos hecho mucho y esto nos abre una nueva posibilidad y nuevas ganas, las de seguir haciendo, seguir compartiendo, seguir cruzando saberes, continuar este verdadero encuentro de culturas.