Biblioteca Popular Vista Flores

Proyecto de extensión universitaria Mauricio López, Convocatoria 2011 “Prácticas filosóficas en contextos populares, culturales no formales”  

Coordinadora general: Cristina Rochetti Universidad Nacional de Cuyo Facultad de Filosofía y Letras Responsables de la ejecución del proyecto en la Biblioteca Popular de Vista Flores, Tunuyán: Milena Quiróz, Matías Fernández Robbio, Florencia Zalazar y Noelia Gatica 

La realidad, la cotidianeidad, los saberes, la construcción y rescate de relatos populares

En el marco del proyecto «Prácticas filosóficas en contextos populares, culturales, no formales» se realizaron los talleres sobre narrativa y cotidianidad en la biblioteca popular de Vista Flores, Tunuyàn. Estos permitieron abordar, reconocer, reconstruir y resignificar la narrativa subjetiva propia de la región por medio de los cuentos, los relatos, la cotidianidad y la praxis ideológica propia de cada sujeto. El espacio se pensó con el objetivo de reflexionar y trabajar en conjunto la construcción, la reconstrucción y el rescate de los "relatos cotidianos" a través del dialogo. Para analizar, a partir de lo compartido en los encuentros, las discontinuidades, las rupturas, las contradicciones y las mediaciones que nos atraviesan y que generan que contemos, hablemos, escribamos y vivamos en una historia social y no otra. Comprendemos que los relatos cotidianos cristalizan saberes y sentidos que nos configuran como sujetos históricos. A su vez, pensamos que estos saberes operan sobre nuestras prácticas y nuestro actuar cotidiano. Desde aquí, la necesidad de recatarlos, re pensarlos y ponerlos en cuestión en conjunto. Así, abordamos estos saberes desde dos perspectivas teóricas. Una de ellas supone la crítica hacia el formalismo como única vía valida de analizar la narrativa cotidiana. La otra, supone la misma crítica pero hacia el esteticismo en cuanto nos impone valorar de una sola forma un fenómeno estético. La primera crítica postula que la riqueza de un relato esta más allá de su estructura y, si bien ninguno puede escapar de ella (es decir, toda narrativa necesita una estructura, un encadenamiento de hechos, una secuencia coherente), encontramos sus sentidos y valores en la medida en que sea considerado el sujeto histórico que lo enuncia y lo regenera en un contexto determinado. Es decir, el relato cobra significación más plena en la medida en que es considerado el sujeto y el espacio de enunciación. La segunda crítica plantea que la valoración estética de una narración es inseparable de su ética y su política. Así, el relato es inseparable del “ethos” cultural que se inscribe en la obra y de la politicidad por la cual es interpretada. Es decir, lo ideológico es un fenómeno interno de cada obra donde un sujeto real es quien lo enuncia (cual soporte vivificante y reorganizante de los relatos) y quien lo comparte, lo recrea, lo asume y le inyecta una vida. 
















Al comenzar y desarrollar los encuentros advertimos la multiplicidad y la riqueza con la que circulaban los relatos. Estos superaban los límites de la propuesta y se enmarcaban en un profundo análisis identitario cultural mediado de elementos políticos, económicos, regionales y locales. El dialogo conjunto nos permitió poner en cuestión, criticar y analizar los sentidos y significados acerca de la realidad que se hallaban contenidos en los relatos de la región. Reconocemos que los relatos que cada uno compartía en los encuentros daban cuenta de un modo particular de ser, de actuar, de percibir y de participar en el mundo común. Cabe señalar que consideramos el relato como un sistema metafórico para quien lo narra. Es decir, cada sujeto organiza y significa su relato en función de su visión del mundo. Así, concordamos en que la realidad en sí nos excede en todo momento y lo que intentamos encontrar es un punto de vista cognoscitivo, una aproximación interpretativa que nos ayude a comprenderla y ser parte de ella activamente. Abordar los relatos, nos permitió no solo revalorizar la cultura local, sino reconstruir nuevos relatos que pusieron en cuestión nuestros supuestos y nociones previas. Lo cual fue posible a través de la construcción de un espacio de diálogo y de encuentro que permitió el desarrollo de ideas basado en el respeto, la tolerancia, el reconocimiento, la valoración y la participación: en definitiva, ir más allá de nuestra mirada, el compartir con otros. Descubrir el otro, descubrirse uno mismo, escucharse. Decirlo al otro nos lleva a re- pensar lo que decimos. Saber que estas en el mundo, la gratificación de encontrarse con otros. Cuando se lo decís al otro te escuchas a vos mismo. (Voz de participante) En plano de confesión: pensaba hasta hace poco que cuando uno no podía encontrar claridad en una cosa, era necesaria la soledad y hoy me doy cuenta que no. En la soledad te podes volver muy hdp … cuando compartimos somos tolerantes. Cuando perdemos el compromiso dañamos. (Voz del participante) 

Los relatos que circulan adquirieron sentido en tanto la unión y el encuentro conjunto. El espacio se convirtió en un lugar de intervención y de palabra activa. Aquella palabra que interviene en el mundo para cambiarlo. La biblioteca, espacio de encuentro de hacedores culturales de la región, se resignificó al poner en cuestión problemáticas e injusticias propias. Tomamos como tema disparador los relatos, los símbolos, los personajes, las historias y las circunstancias locales. En un primer momento, este espacio estaba dado como un entramado donde se compartían las propias producciones culturales (música, poesía, teatro y pintura). Durante el desarrollo de los encuentros pudimos notar cómo sus saberes y los nuestros fueron puestos en juego y problematizados en la práctica dialógica, que mediante la crítica gestó un terreno nuevo donde emergieron pensamientos y valoraciones compartidas, disidencias políticas, puntos de vistas diferentes y nuevos saberes. Consideramos que es valioso rescatar la resignificación de este espacio porque: …es bueno escuchar otras campanas, aunque no estemos de acuerdo con ellas nos enriquece. Además generar el espacio, hablar con respeto, sin prejuicios. (Voz de participante) La biblioteca es un espacio de encuentro, no sólo prestamos libros. Cuentan con el espacio físico y ganas para realizar los encuentros. Están las posibilidades. (Voz de participante)